En el tránsito desordenado hacia la democracia, el interés principal de la Junta Militar era la definición de las condiciones de traspaso del poder y a mediados de noviembre de 1982 se establecieron los temas de la concentración En dos textos, la Junta Militar explicaba el compromiso entre civiles y militares y se fijaban los puntos básicos de la transacción que debía allanar el camino a la salida constitucional.
Por último, el 6 de diciembre se conoció el acta de disolución de la Junta Militar firmada por los tres comandantes por la que se transfirió al presidente Bignone las facultades que el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional acordaba al órgano supremo del Estado, hasta el día que asumiera el primer mandatario electo. En esa fecha cesaría igualmente la vigencia del mencionado Estatuto y su reglamentación.
Con la autodisolución de la Junta Militar, cuatro días antes de la instalación de las autoridades democráticas, se ponía fin al Proceso.
El triunfo electoral del radicalismo planteaba la posibilidad de una vuelta de página en la entrecortada historia política argentina, así como también el inicio de un nuevo liderazgo social.
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